odo vasco abertzale debe saber sus ocho apellidos paternos y maternos, cual tribus africanas. ¿Cuáles serán los otros siete de Muguruza? Uno de ellos no es tan puro, según los cánones de Euskadi, una tierra cuyo equipo de fútbol más famoso, el Athletic de Bilbao, no acepta extranjeros o criados en otra parte de España: Blanco. Hija de un inmigrante de origen guipuzcoano vinculado a los negocios de metalurgia, José Antonio Muguruza, y de una venezolana, Scarlet Blanco, Garbiñe nació el 8 de octubre de 1993 en Caracas, para pronto mudarse a Guatire (Miranda) hasta el momento siempre en Venezuela.
“Nunca he tenido dudas, desde pequeña quería ser profesional del tenis”
Desde que nació sus dos hermanos mayores Asier e Igor ya jugaban al tenis y como mencionó su madre en alguna aparición televisiva, la niña siempre ha querido seguir lo que hacían sus hermanos. Con 10 y 11 años de diferencia, comenzó a jugar al tenis a los 3 años en el club de Mampote, ubicado en Guarenas, Estado de Miranda, donde continuaba siempre a imitarlos.
“Nunca he tenido dudas, desde pequeña quería ser profesional del tenis”, ha declarado en innumerables ocasiones la actual número 3 del ranking de la WTA. Tal vez su dureza,competitividad, determinación y obsesión por ser siempre mejor (valores) desde que conoció su pasión por el tenis componen, lo que ella misma considera como su “parte vasca». Pronto se mudó a Europa, mas precisamente a Barcelona y con 6 años de edad comenzó a entrenar en la Academia de Sergio Bruguera, en Santa Coloma de Cervelló que combina en sus programas educativos los estudios con el entrenamiento.
Fue deprisa y con éxito por las categorías inferiores. Luego de años de entrenamientos y competencias juveniles, innumerables sacrificios en su época de adolescente y numerosos viajes, recibió la gran oportunidad de su vida. En 2012, con tan solo19 años, se produjo su estreno en la elite. Su primer gran aparición tenística tuvo lugar en el Open Sony Ericsson de Miami, donde arribo como invitada y termino alcanzando los cuartos de final derrotando a tenistas consagradas.
En 2013 su temporada en relación a su corta edad era nuevamente correcta y su carrera continuaba en considerable ascenso, cuando a mediados de año sufrió una importante lesión en el tobillo que le hizo pasar por el quirófano y estar 6 meses alejada de la alta competencia. Una vez más floreció en ella su espíritu combativo y de superación personal. Increíblemente no dejó de entrenarse, le pegaba a la bola sentada en una silla, lo que la hizo aún más fuerte.
Al reaparecer, el 11 de enero de 2014 logró su primer título del circuito WTA derrotando a la checa Klara Zakopalová en la final de Hobart. De esta forma, su retorno al circuito era inmejorable y la victoria la posicionaba entre las 50 mejores del mundo. La tenista declaró entonces que no esperaba ganar tantos partidos. Más tarde diría: “Esto es increíble. Un premio por todo el esfuerzo que he hecho”. Ese mismo año, llegó por primera vez a la cuarta ronda del Abierto de Australia y sin duda algún ocurrió su salto a la fama, a las primeras páginas de los periódicos y a los focos del tenis femenino. Era la segunda ronda de Roland Garros y derrotó contra todo pronóstico por doble 6-2 a Serena Williams. Había nacido una estrella.
Garbi, como le dicen en seno familiar, mide 1,82 y pesa más 73 kilos, lo que le permite tener un juego potente ideal para hacer frente a jugadoras de gran envergadura. Apasionada de la música, la moda y la gastronomía (pilares de su marca personal), no se considera una chica maniática de sus rutinas a la hora de competir, le gusta iniciar el día temprano (aunque juegue en el último turno del torneo), efectuar un desayuno completo e intenta correr, transpirar y moverse constantemente para evitar sus nervios previos a la competencia. Más cerca del partido dedica 20 minutos, no más de 20, a charlar con su entrenador con el fin de recordar los fundamentos básicos y detalles de cada match.
El 9 de julio de 2015, la Garbiñe Muguruza arribó a la final de Wimbledon para enfrentarse a la jugadora número 1, Serena Williams, contra quien nuevamente perdería. En diciembre de ese año, decidió dejar a su entrenador Alejo Mancisidor, para pasar a la tutela de Sam Sumyk. Su equipo desde ese entonces esta compuesto por el recientemente mencionado entrenador francés, Alicia Cebrián (fisio), Laurent Lafitte (preparador físico) y Cecilia Casla (jefa de prensa).
En el 2016 se consagraría como tenista, pues ganó Roland Garros, consiguiendo su primer título de Grand Slam tras ganarle por 7-5 y 6-4, a Serena Williams, que pretendía lograr su título 22 e igualar el registro de Steffi Graf. En tal sentido, se convirtió en la segunda tenista de nacionalidad española en vencer en París, después de que Arantxa Sánchez Vicario lo hiciera en 1989. Ese 2016 Forbes la colocó entre las 30 jóvenes más influyentes menores de 30 años, convirtiéndose en la única española en la lista. Continuando con su historia, el 2017 pasado no ha sido un año cualquiera para Garbiñe Muguruza. Siguió cumpliendo sueños y objetivos siendo campeona en Wimbledon, arrolló a Venus Williams en la final, logrando su segundo Grande a los 23 años y alcanzó el número uno del ranking mundial por cuatro semanas consecutivas. Asimismo su presencia fuera de la cancha de tenis ha aumentado de manera considerable en el año de su gran explosión.
La evolución de Muguruza ha provocado que en estos últimos años la tenista hispano-venezolana haya logrado multiplicar su número de seguidores en sus tres redes sociales (Twitter, Instagram y Facebook). Gracias a un estilo dinámico, personal y cercano para con sus fans, logro brindarles la posibilidad de disfrutar su día a día dentro y fuera de la pista. La estrategia de este desarrollo de imagen que ha diseñado para la número 1 de España, Cecilia Casla, la responsable de prensa y relaciones públicas de la jugadora, está logrando su cometido con creces. Si bien es obvio que los resultados deportivos han acompañado este proceso de personal branding, es determinante para este momento de expansión de los territorios de la marca, continuar con el plan y su posterior ejecución en todo conforme a la estrategia de la marca.
Tal ha sido su explosión mediática, que los negocios de su marca se han visto incrementados notablemente. La tenista se ha visto de pronto involucrada en publicidades:como aquella recordada campaña de la firma deportiva Adidas que eligió a Garbiñe para su “cena de gala” junto a estrellas mundiales de la talla de David Beckham, Lionel Messi, James Harden, Paul Pogba, Von Miller o Pharrell Williams, protagonizando un encuentro que quedara en la historia como la campaña más destacada de la marca; eventos: a inicios de este año “la Muguruza” como suele llamarse a la tenista sorprendió al mundo entero siendo parte de la ceremonia de los premios Oscar, invitada especialmente por uno de sus principales patrocinadores (Rolex); hasta convertido en un icono de la moda, siendo el propio Pharrell Williams el diseñador de la vestimenta con la que Garbiñe lució en el US Open en Nueva York, capital mundial de la moda.
Aunque dentro de las pistas sus éxitos se transforman en dinero (lleva ganados ya en su corta trayectoria más de 14 millones de dólares en premios), fuera de ella su reputación y potencial comercial crecen como la espuma. La tenista ya ha sido imagen de prestigiosas firmas como Rolex, Adidas, Babolat, BBVA o Porsche, y se espera que ese atractivo para las marcas no haya hecho más que comenzar. Al respecto es la primer mujer embajadora del banco a nivel mundial.
En la disputa fuera de las pistas, Garbiñe se sitúa también entre las cinco mejores del mundo en seguimiento en redes sociales. Su triunfo de 2017 en el All England Club de Londres le ha permitido a la tenista vivir un incremento de casi el 30% de seguidores en su cuenta oficial en Instagram, únicamente en las semanas del torneo. Como gran factor diferenciador, tiene su propia App para móviles y tablets, lo que le permite aumentar el engagement con su público y volcar en un mismo sitio todos sus atributos de marca. La misma entre otras características cuanta con un chat (el cual mantiene al tanto a los seguidores de cuando la tenista se encuentra en línea) y la posibilidad de configurar una lista musical personalizada, todo en congruencia con los gustos e idiosincrasia de la deportista.
En síntesis, su marca cada día es más conocida y por tal motivo debe ser gestionada de forma inteligente para aprovechar este momento de esplendor deportivo y lograr cumplir con los requerimientos que demanda este nivel de exposición. Cabe destacar como Garbiñe, a través de su agente de Prensa, ha conseguido reflejar en sus diversos canales su espíritu positivo, el cual contagia a todos sus seguidores, quienes han podido descubrir el lado más desconocido de la tenista a través de sus grandes pasiones: la música, la moda y la gastronomía.
Por último es menester reconocer que por el simple hecho de consumir su marca, uno entiende por qué cuando Garbiñe Muguruza entra en una habitación, estadio de tenis, espacio televisivo, etc. nadie se queda indiferente. Es fácil quedarse prendado de su sonrisa de anuncio y su mirada fresca, lleva con ella una vitalidad contagiosa. “Yo soy Garbiñe. Si me comparan con Arantxa o con Conchita, genial, pero yo prefiero que la gente piense que ha llegado una nueva jugadora, una tenista diferente”, fue desde el inicio su objetivo y vaya si lo está logrando.