Polémico a lo largo de toda su carrera, JR Smith, basquetbolista de los Clevelend Cavaliers fue advertido por la NBA esta semana, previo al inicio de la temporada, tras develar su último tatuaje en su pierna derecha . El deportista se tatúo el logo de Supreme, tienda de ropa y skate neoyorquina, de la cual es fan confeso.

Según la organización el lucir logos de marcas personales bajo cualquier método está terminantemente prohibido puesto que rompe con las reglas comerciales de la categoría. Luego de la pertinente intimación de la Liga, el jugador se defendió asegurando que «no tiene nada que ver con la firma».

Es más, esta llegó semana a publicar un descargo a través de su cuenta personal de Instagram criticando a los organizadores de la categoría, quienes a su parecer se lo toman de una manera personal en su contra. Cabe recordar que JR Smith ya mostró productos de la firma en partidos de la última temporada y aun así sigue negando ser patrocinado por la marca.

En 2001, el también controvertido Rasheed Wallace fue prohibido de llevar un tatuaje temporal que promovió una empresa de dulces, mientras que en el 2013, Iman Shumpert fue multado por lucir el logotipo de adidas en su corte de pelo.

A modo de conclusión, hoy en día son varios los deportistas que desafían las normas del marketing deportivo, sea o no con fines publicitarios o de patrocinios. Es menester recalcar que toda competición deportiva debe trabajar con el fin de acotar este tipo de vacíos legales y de esta forma potenciar los convenios con los patrocinadores oficiales del campeonato.

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